martes, 29 de junio de 2010

¿Emigrar al vacío?


Calificaríamos esta tendencia como un ataque abrupto de emociones; vibraciones concisas q nos demuestran nuevas realidades, o quizás nos extraen de la irrealidad que padecemos día a día.

Hay un punto clave, una cifra, que debe superarse antes de elevarnos hacia una suspensión tan tenue. Es comprender como funciona nuestros estímulos al exigirle tanta libertad. El llamado “ser humano” por su propia naturaleza, creada por el mismo y nadie mas, carece de una cualidad importante que es no poder tener un propio poder de proyección, y en este caso, se validara este mismo como único mentor, como único guía a la evolución.

Para alcanzar esta suspensión absoluta el cuerpo debe estar vació, la imagen debe ser nívea y no se debe pensar jamás en el retorno porque sino esto solo seria un mero resultado suprimido.

La claridad a la q se debe llegar es simple, aunque muy frágil en el momento de aproximación al máximo cenit. Cualquier vacilación no solo nos llevaría al lugar de partida, sino mucho más q eso… de nuevo a la premeditación.

La sustancia debe dominar, la exención caducar, los cristales estallaran y el único sentimiento por recorrer será el nirvana.

En la práctica deberá aplicarse continuidad, comprender y aprender a contemplar nuestro interior, aprender por primera vez en nuestra vida física, a respirar. Una vez alcanzado el objetivo, el límite lo denotaremos nosotros mismos a través de cuanta trascendencia obtengamos de los mismos y cual sea su designio a través de hilos de energía vital y natural. Una vez logrado el cambio, el complemento fundamental será el exilio de toda vivencia pasada, de todo bien material, terrenal. Y al fin uno podrá subsanar los impulsos mentales de nuestro espíritu. Y así ir padeciendo cambios, cualidades, incrementacion de sabiduría, y encaminar un trayecto de claridad, hasta llegar a ese punto máximo... llegar a dominar esa materia...

MFC.

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